martes, 13 de noviembre de 2012


Kawésqar



Los alacalufes o kawésqar, fueron nómades canoeros que se desarrollaron en los canales y fiordos desde el golfo de Penas al estrecho de Magallanes e islas al oeste de Tierra del Fuego. Sus últimos integrantes viven casi todos en Puerto Edén.
Desde hace más de 6.000 años, los kawéskar o alacalufes circulaban entre el golfo de Penas y el Estrecho de Magallanes; también se desplazaban por los canales que forman las islas que quedan al oeste de la Isla Grande de Tierra del Fuego y al sur del estrecho.
El área que ocupaban para sus desplazamientos era enorme, pero se puede decir que giraban alrededor de dos puntos: uno en la ribera sur del estrecho de Magallanes, en la isla Clarence y el otro en la parte sur del golfo de Penas en el islote Solitario en el archipiélago de las Guaitecas.

Archipiélago de las guaitecas

En el siglo XVI, con una población de 2.500 a 3.000 personas, producto de los primeros contactos con el hombre blanco, empezaron a contraer las enfermedades que pronto los llevarían a su declinación numérica, además de su traslado y retención en Europa por encargo de sociedades científicas y por comerciantes que lucraban con su exhibición al público.
El cambio de sus hábitos ancestrales y el cambio de pieles por ropa occidental permanentemente húmeda les trajo nuevas enfermedades. Ya en el año 2000 se estimaba que no quedaban más de 17 kawésqar puros residentes en Punta Arenas y Puerto Edén.

Ruta kawésqar
Actualmente diversas empresas de la zona reviven la antigua ruta utilizada por los Kawésqar, donde el énfasis está dado por el redescubrimiento de las etnias originarias.
El viaje contempla un recorrido por diez días, por fiordos y canales del extremo austral de nuestro país, en un periplo que une a Puerto Natales y Punta Arenas, específicamente entre el seno Obstrucción y Skyring. La expedición se interna en kayak más una embarcación de apoyo, en una aventura que los conducirá por un paraje que aún mantiene el misterio de la mirada de sus primeros habitantes: los kaweskar o alacalufes.

Los kaweshkar eran nómades del mar. Permanentemente navegaban entre canales y fiordos, serpenteando las islas, que en la práctica eran inhabitables por su abundante vegetación, que dificultaba su acceso.

Construían sus embarcaciones con cortezas de árboles, que luego amarraban a una estructura de palos, convirtiéndose en su hogar en el mar, siendo lo suficientemente amplias como para trasladar a una familia nuclear conformada por el marido, una o dos esposas, un par de hijos y un perro doméstico.




La canoa era un espacio femenino. Aunque en su construcción colaboraban hombres, era la mujer quien se preocupaba de remar. Los hijos eran los encargados de mantener la fogata encendida, la cual se posaba sobre una capa de musgos y ardía en uno de los extremos de la embarcación, protegida por un toldo de cuero. El fuego les permitía calentar sus alimentos (la mayoría de ellos obtenidos del mar), abrir los moluscos, servir como fuente de calor y como señal para evitar que dos canoas chocaran.

Al amanecer, la mujer remaba hacia los roqueríos, donde dejaba a su esposo e hijos varones pescando y cazando todo el día. Mientras tanto, ella dirigía la canoa hacia aguas bajas, donde buceaba o mariscaba con un canasto colgado del cuello, para extraer langostas y erizos. Esta tarea era exclusivamente femenina, ya que a pesar de su cercanía al mar, los hombres no sabían nadar, y si la embarcación llegaba a volcar, ellos morían ahogados. Antes del anochecer, la mujer remaba nuevamente hacia donde estaban su marido y sus hijos, para recogerlos, comer y pasar la noche en la canoa.

Para protegerse del frío, también cubrían sus cuerpos con grasa de lobo marino, lo que explica por qué prácticamente no utilizaban ropa.

Si bien los alacalufes eran nómades, había ocasiones en que permanecían por varios días en tierra firme. Para ello, construían chozas en forma de colmena, con armazón de ramas recubierta de pasto y cueros. Esto ocurría cuando se producía la varazón de alguna ballena, lo que les proporcionaba abundante alimento, siendo además la ocasión para la reunión de familias que pasaban gran parte del año sin verse. Allí se concertaban rápidamente los matrimonios, pues los jóvenes no sabían cuándo volverían a encontrarse.

Cuando alguien enfermaba o una mujer estaba próxima al parto, levantabKaweskar mujer.jpgan una choza en una isla y permanecían en ese lugar el tiempo que fuese necesario. Si el enfermo llegaba a morir, dejaban esa vivienda armada y colocaban un trozo de cuero negro que flameaba e indicaba que allí vivían los malos espíritus.



Geografía
La zona considerada tradicionalmente como Zona Austral de Chile es una región de glaciación, la cual se encuentra cubierta por Campos de Hielo y bosques perhúmedos de clima frío como el bosque valdiviano y el más austral bosque magallánico, con menos especies. Se extiende desde el seno de Reloncaví al cabo de Hornos. En ella se ubica una estrecha planicie costera; cordillera de la Costa afectada intensamente por tectónica de hundimiento y cordilleras patagónicas continentales con ríos y lagos, ventisqueros patagónicos del Pacífico; cordilleras patagónicas insulares en archipiélagos, islas e islotes, todas las cuales se bañan en sus costas por el océano Pacífico.
Los archipiélagos, islas e islotes dan formación a dos sistemas de canales navegables para todo tipo de naves: los canales patagónicos, entre el archipiélago Guayaneco y los islotes Fairway; y los canales fueguinos al sur del estrecho de Magallanes y hasta el cabo de Hornos.







Galería de fotos

Familia Kawésqar





En agosto de 2008, muere el último representante de esta etnia a los 79 años de edad.



Huilliches



(mapudungúnwilliche«gente del sur»)
Son un pueblo originario de Chile, la rama meridional del pueblo mapuche, aunque las opiniones están divididas puesto que algunos se consideran a sí mismos como miembros de una etnia diferente. Habitan principalmente en las regiones de Los Ríos y de Los Lagos.
se ubican al sur del grupo mapuche más numeroso, que habita en la región de La Araucanía. A la llegada de los españoles poblaban la Depresión Intermedia desde el río Toltén hasta el centro de Chiloé, en lo que hoy son las provincias de ValdiviaRancoOsornoLlanquihue y Chiloé. Algunos siglos antes del arribo de los conquistadores españoles en el s. XVI, una parte de los huilliches se trasladó al norte y centro de la isla Grande de Chiloé, donde adquirieron algunos rasgos de los pueblos del área sur (chonos), tales como la economía de caza y recolección de recursos marinos. Parte de los indígenas hablantes de mapudungun en Chiloé y áreas vecinas fueron llamados cuncos y payos por los españoles y no existe consenso acerca de cuáles habrían sido sus rasgos distintivos.
En la actualidad, se considera huilliche la población indígena que habita desde la Provincia de Valdivia hasta el sur de Chiloé.
En Chile las comunidades actuales se encuentran ubicadas principalmente en la costa de Osorno Maicolpué, San Juan de la Costa, Pucatrihue, Caleta Huellelhue y Caleta Cóndor, y el archipiélago de la Isla Grande de Chiloé, pudiéndose en esas zonas observar muchas de sus tradiciones ancestrales y formas de vida.



Los huilliches hablaban una variante del mapudungun, con diferencias de pronunciación y de vocabulario, conocida como chesungun (chesungunche sungun«lengua de la gente»), también llamado chedungun, tsesungun, huilliche o veliche. Es un dialecto que está muy influido por el castellano y se habla en unos pocos lugares de las provincias de Osorno y Chiloé. 




Folclor de Chiloé





Los Jesuitas que llegaron a Chiloé influyeron fuertemente en la isla en lo que respecta a los cánticos religiosos, incluso hasta hoy los Huilliches conservan algunas tradiciones cristianas, principalmente por su condición insular. El repertorio musical trascendió muy pronto de las capillas e Iglesias, al hogar, a la calle, al bote, difundiéndose por toda la isla.

El duro clima chilote y el aislamiento producen una integración comunitaria que caracteriza a la población de Chiloé. Las viviendas, con su fogón central, los trabajos comunitarios como la Mingaque retribuye con una fiesta donde abundan el canto y el baile, las fiestas de Medán, que son aportes que traen los vecinos con motivo de un matrimonio, incendio o enfermedad de algún dueño de casa o en las fiestas de Reitimiento, o derretimiento de primera grasa de cerdo que servirá de reserva alimenticia, dichas reuniones se animan con canciones y danzas que alcanzan un vigor inusitado en relación con el resto del país.



Música




En el Archipiélago de Chiloé, el folclore también tiene características particulares, pues se mantuvieron con pocos cambios muchas tradiciones españolas y otras se mezclaron con las huilliches, dando lugar a formas de expresión nuevas. Durante la guerra de Independencia de Chile, en que Chiloé se mantuvo fiel a la Corona, los soldados realistas introdujeron a las islas bailes como el chocolate o el pericón que luego se transformó en pericona. Aparte de los bailes festivos, se tocan pasacalles durante las fiestas religiosas, acompañados siempre por guitarras, bombos y acordeones. Dentro de las danzas más importantes están La Trastrasera, la pericona y el chocolate como también el llamado vals chilote. El resto de la zona sur ha ido asimilando gradualmente el folclore de la zona central, en detreimiento de la tradiciones indígenas. Los alemanes que inmigraron a las provincias de ValdiviaOsorno y Llanquihue trajeron consigo el acordeón, que luego se extendió a todo el sur del país y se integró a la música ya existente.


 Instrumentos 
El rabel es un instrumento parecido al violín, de sólo tres cuerdas, que se toca apoyándolo en las rodillas y frotando sus cuerdas con un arco. 
La cacharaina

Acordeón






Pericona, danza de Chiloé:



viernes, 9 de noviembre de 2012

Aymaras

                                   Aymarás


Las influencias extranjeras son muy aparente en la música y el arte Aymara. Muchas veces, los aspectos de la cultura de hoy son una combinación de la cultura antigua y algunos aspectos de otras culturas que han tenido contacto con los Aymarás.




Música

La música es una parte muy importante en las comunidades. Ellos tocan música en ceremonias religiosas, agriculturas, y celebraciones del ciclo de la vida. En muchos lugares, la música es asociada con la temporada seca y los festivales durante ese tiempo. Estos son algunos intrumentos típicos de la música Aymará:


Zampoñas (Sikus en la lengua Aymará) – un instrumento de viento que es construido de 13-15 tubos de bambú de menor o mayor diámetros para formar una escala de dos filas. Muchas veces las zampoñas son tocadas en grupos y acompañadas por tambores y otros instrumentos. Este instrumento es típico de la cultura Aymará y ha sido tocado por miles de años.


Tarka – una flauta de madera con seis agujeros por los dedos. Esto instrumento es muy popular durante los fiestas y celebraciones. La tarka existe sin influencia española también.






Charangos – guitarras pequeñas con 8-15 cuerdas y generalmente son creadas con la cáscara de una armadillo. La presencia del charango en la cultura Aymara es un resultado de la influencia española.






Instrumentos de percusión – Hay dos tambores populares, el bombo y la wangara. Estos instrumentos son tocado en acompañamiento con los otros. El origen de los tambores de los Aymaras no es muy clara. Alguna gente cree que son un aspecto de la cultura indígena, mientras que otros creen que son parte de la cultura española.

CERÁMICAS

Generalmente, las cosas cerámicas son para usos prácticos y domésticos, no para decoración. Sin embargo, el aumento de turistas a Bolivia y Perú significa que hay una demanda más grande para las cosas indígenas. Entonces, ahora los artistas pueden vender su trabajo para ganarse la vida.




La Religión de los Aymarás

La religión Aymará es un sincretismo de cristianismo y las creencias antiguas. Antes de la conquista española, las creencias religiosas de los Aymarás estaban enfocadas en un mundo espiritual. Su religión era politeísta y ellos veneraban dioses de la agricultura y los antecesores. Cuando los españoles llegaron a América del Sur y los Andes, ellos trataron de destruir la religión de los Aymarás y se reemplazó con el cristianismo, pero su plan no tuvo éxito. Entonces la religión de los Aymarás es una mezcla del Cristianismo y las creencias antiguas. Hoy los Aymarás veneran dioses del mundo espiritual, parte de la cultura antigua y tienen una creencia en un mundo después de la vida, un aspecto del cristianismo. La música es muy importante en las ceremonias religiosas y estas ceremonias son reuniones de la comunidad y celebraciones muy importantes.


miércoles, 7 de noviembre de 2012


MAPUCHE

La sociabilidad y cortesía mapuche fue capaz de reemplazar al Estado como institución organizadora, controladora y represiva. La sociabilidad, las comidas, las bebidas, el baile interminable, la vida sexual libre entre los jóvenes, la poligamia como sistema de transferencias y alianzas políticas, fueron algunos de los mecanismos que permitieron que surgiera esa sociedad agraria del sur de Chile antes de la llegada de los españoles... Nadie los mandaba. No había autoridad fuera de la familia; familia amplia, compleja, poligámica, patriarcal, como señala hoy día la antropología. Eran linajes enormes que obedecían a un jefe, cabeza, lonco en lengua mapuche, o a un ulmen, un hombre sabio y rico, gordo por lo general, nos dicen las historias, que había procreado una larga descendencia y que ejercía sobre todos ellos, sobre diversas agrupaciones, el poder de la justicia. Hombre importante con derecho a juzgar”.
Hay evidencias innegables de intercambio, puesto que se han encontrado en las tumbas objetos provenientes de lugares muy alejados, un comercio rudimentario, facilitado evidentemente por la estructura de alianzas matrimoniales. Sorprende saber que eran las mujeres las encargadas de las actividades comerciales, de viajar en canoas y establecer el valor de los cambios: tinturas, telas, alimentos; en los mercados de la época de la colonia las mujeres realizaban las actividades comerciales mientras los hombres conversaban a un lado. Esto quizás se debe a que tradicionalmente eran las mujeres quienes volvían donde sus parientes a realizar las visitas respectivas... seguramente porque el padre de familia, al tener muchas mujeres, no podía estar todo el tiempo viajando y dejarlas solas.
El wichan mapu era la tierra de todos, más allá de la tierra del linaje, del lof. Otro tipo de reunión que se hacía con mucha frecuencia, además del Nguillatún, era el Conchotún, o reunión de amigos, hermanos, parientes (conchos), casi siempre muy cercano al Rehue, donde se asaba algún animal y se reunía la gente a decirse lo mucho que se quería o a recordar los lazos de parentesco. Por eso los españoles, al ver tanta fiesta interminable, tanta reunión, criticaban a los mapuches tachándolos de perezosos y fiesteros. El autor señala que es debido a este tipo de reuniones, sumado a las visitas y sistema de alianzas matrimoniales lo que hacía que el territorio mapuche fuese tan unido y viviera en paz sin necesidad de un estado autoritario, en el wichan mapu, tierra buena, tierra en paz, tierra de amigos. Este wichan mapu era concebido como una red de relaciones; y por esta red solían circular los mensajeros, a pie o en canoa, con el mensaje de la reunión ritual, o de la reunión de amigos, de guerra, de fiesta matrimonial, de visita.
Los españoles quisieron ver algún tipo de organización jerárquica pero a lo más dieron cuenta de cabildos donde se reunían los loncos (cabezas de familia). No encontraron un poder centralizado, un rey, ni tampoco una agrupación que cobrara tributos o decidiera trabajos obligatorios.
Tampoco hay mucha certeza de si se organizaban o no cabildos (alihuenes) más amplios, con juntas de delegados de agrupaciones familiares; puede parecer que fue así pero en épocas más tardías probablemente para organizarse en la guerra, cuando fue necesario unirse para combatir contra los españoles.
Cosmovisión y Creencias Religiosas
"En este suelo habitan las estrellas.En este cielo canta el agua de la imaginación.
Más allá de las nubes que surgen de estas aguas y de estos suelos nos sueñan los antepasados.
Su espíritu dicen es la luna.
El silencio su corazón que late."



Elicura Chihuailaf

(Poeta mapuche Contemporáneo) Es complejo, en breves líneas, resumir la riqueza de la cosmovisión y religiosidad mapuche. Debemos citar a Foerster, quien señala "que posiblemente en Chile sean pocos los grupos o sectores que manifiestan con tanta claridad como los mapuches, que su identidad, su ser (inseparable de las condiciones de vida de la tierra (mapu), los animales, la naturaleza) se liga hasta confundirse con lo sagrado". Los mapuches actuales, han llegado a establecer una nueva dimensión de lo religioso en un sincretismo que inserta tanto la religión católica como los cultos evangélicos protestantes. La machi o shamán, es fundamental en la configuración de mitos y ritos mapuches. Es la mediadora entre el mundo natural y el sobrenatural. Con estos fines utiliza el kultrung, tambor ceremonial en el cual aparece representado simbólicamente el universo en cuatro partes, por medio de una cruz; en los cuadrantes superiores se representan figuraciones del cielo y en los inferiores de la tierra. Esta oposición cielo-tierra, equivaldría a la oposición masculino-femenino o a los ciclos de la naturaleza. El hombre mapuche se ubica en el centro del cosmos, donde convergen los cuatro puntos cardinales. Es la meli witran mapu (la tierra de las cuatro esquinas).El cosmos mapuche además de esta ordenación cuatripartita, se estructura en un "arriba" y un "abajo". La región del cielo wenu mapu, está ocupada por conjunto de deidades que tiene a la cabeza a Ngnechen, rey o dueño de los hombres. Esta deidad es poseedora de atributos opuestos como masculino-femenino, viejo-joven.Los astros también constituyen deidades como killen (la luna), weñelfe (el lucero del alba), wanglen (las estrellas); ellas influyen sobre la machi en sus rogativas. En estas se invoca a seres desaparecidos de importancia.El ordenamiento del universo y de todos los seres, ha otorgado a éste un carácter mítico. Hay dos puntos cardinales relacionados con el bien: el sur y el oriente; el norte y el este, se consideran negativos.Pillan es una deidad propia del oriente, que vive tras las montañas. El oriente no es solo el lugar donde nace el sol, la luna o las estrellas, sino representa el sitio desde donde emanan todos los poderes y las fuerzas capaces de asegurar la vida. Su invocación es lo fundamental en el ascenso hacia el mundo sacro. La ruka debe orientarse hacia ese punto, también la machi orienta el rewe en ese sentido.Los puntos norte y oeste, se identifican en un sentido negativo; el primero por la procedencia de los vientos portadores del mal tiempo. El poniente es el punto en que muere el sol y van a reposar los difuntos.El inframundo nag mapu (opuesto a wenu mapu), es el lugar del mal y de las fuerzas ocultas. Su color simbólico es el negro (kuri). En este sitio viven los weküfe seres de las tinieblas. Sin embargo, kuri como color simboliza lo fuerte y lo poderoso. El cristianismo ha generado numerosos cambios en las creencias mapuches, volcándolos hacia el monoteísmo. Hoy se designa al Ser Supremo como Padre Dios (Chau – Dios), creador y dueño de los hombres y del universo. Identificándose a Pillan, más como un demonio que una deidad benéfica.


En muchas de las ceremonias rituales mapuches y de acuerdo a la cosmovisión, se persigue la compensación de las fuerzas del bien (Ngnechen) con las del mal (weküfe). El primero significa vida y construcción, el segundo destrucción y muerte.Entre las más destacadas, cabe señalar al nguillatun, ceremonia de rogativa, el machitun, ritual de sanación, el wentripantu o celebración del Año Nuevo, el día del solsticio de invierno, se podrían considerar también los ritos funerarios y de iniciación.Para el nguillatun, se necesita un lugar especialmente dispuesto para este fin. En su centro se instala el rewe y a su alrededor los participantes. Dura un mínimo de dos días y un máximo de cuatro. En algunas zonas de la Araucanía se realizan cada dos, tres o cuatro años, según las necesidades. La rogativa es por diversos motivos: el clima, las cosechas, para evitar las enfermedades o para lograr la abundancia de alimentos. Durante la ceremonia se realizan bailes acompañados de diversas oraciones. Además se sacrifica un animal, generalmente un cordero, por el ngepin que es el director del rito. Luego la sangre del animal se asperja o se reparte a los invitados, ofreciéndose a los participantes la bebida ritual llamada muday (maíz fermentado). El cuerpo del animal sacrificado puede ser completamente quemado en un fogón para ser consumido.La machi en esta ceremonia aparece como una auxiliar del oficiante y entre los sones de su kultrung canta:

"Te rogamos que llueva para que produzcan las siembras, para que tengamos animales.
<Que llueve> diga usted Hombre Grande cabeza de Oro y usted. Mujer Grande rogamos a las dos grandes y antiguas personas."

El machitun, es un rito de sanación que fue descrito ya en el siglo XVI por Pineda y Bascuñan en su obra El Cautiverio Feliz. Es una ceremonia propiamente de la machi y que consta fundamentalmente de tres partes:


El diagnóstico de la enfermedad.su expulsión.

Una revelación sobrenatural sobre esta sanación.

En ella la machi realiza exámenes relativos a ciertos síntomas, evidencias del enfermo o por signos misteriosos que observaron éste o sus parientes; se supone que también podría haber sido contagiado un animal que se examina. También se hace el diagnóstico por revelación del más allá.En la totalidad de este contexto, son importante los instrumentos utilizados por la machi. En esta como en otras ceremonias, utiliza el kultrung y hace uso del rewe, subiéndose a él y explicitando el viaje de su alma a la tierra de arriba.



El canto sagrado del viento
Allá en las tierras del sur americano donde la realidad es mito y leyenda de antigua estirpe, los más viejos entre los viejos afirman que el padre - creador de la música es el viento. Y no les faltan razones, porque es cierto que allá curruf (viento) sopla su flauta en los pajonales, se vuelve trompeta en los remolinos, redobla como timbal, entre las piedras y el agua, y es manso violín en los cañadones largos y protegidos...
Dicen que en la lengua araucana no existe una palabra para designar la música. No hace falta. Los instrumentos musicales hablan por sí solos de su presencia en el pueblo y su cultura... ¿Cómo negarla cuando suenan el quinquercahue o la pifilca? Y aunque todavía no hubiera ritmos indígenas ni instrumentos, el viento-músico sí existiría, y seguiría dando notas para sus legendarios taieles...
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Inspiración para el viento-músico
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Entre todos los instrumentos musicales, Nguenechén, el Padre de las razas aborígenes, eligió el cultrún y lo puso en las manos de la machi. Desde entonces es sagrado. Su vientre resonador tiene el perfume y las voces misteriosas de las maderas con que se talla: el foye (canelo) el triwe (laurel), el ciprés o el raulí. Y es para que no se escapen, que los artesanos le ponen bien ajustado sobre la redonda boca el parche de cuero pelado.
Es el cultrún el instrumento chamánico por excelencia, y esto ocurre desde sus antepasados, el tambor divino de los magos hindúes y el tibetano. Por eso el rito acompaña su nacimiento como instrumento compañero e inspirador del trance mítico.
Quienes lo han visto dicen que antes de tensar la membrana del cultrún la machi mete adentro su canto y con él parte de su pullú o alma... Y es fama que introduce las propiedades mágicas o curativas al colocar por la abertura a punto de cerrarse, piedritas de colores, plumas, pelo de animales o hierbas medicinales...
Los mapuches aseguran que cuando la meica hechicera toma el cultrún tiene el mundo en su mano. Y así debe ser nomás, no solo por su forma semiesférica característica sino también porque los dibujos que lo ornamentan, con sus sagrados azules, amarillos y blancos, con su cruz abarcadora y sus extrañas figuras, representan posiblemente el orden y equilibrio entre el cosmos y sus criaturas.
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Machi araucana en Ranco.
Con el cultrún junto a su pecho la mediadora sagrada está a la altura de su dios, y con el palo percutor de cabeza de rellmú (arco iris) puede invocarlo y obtener la gracia o petición. Con él hace sus rogativas, y con él vuela el más allá, con él acompaña los taieles y danza en torno al rehue (altar sagrado), con él se instala el camaruco y bate sin cesar... Como antes, ¿como siempre?.
Al cultrún sagrado lo acompaña en los nguillatunes (rogativas), la también sagrada pifïlca.
Cuenta la leyenda que los valientes mapuches al son de la pifïlca pudieron rechazar a los poderosos incas conquistadores. Pero perdieron la pifïlca mágica... y todavía la buscan. Por eso la reproducen en madera o hueso y con sus timbres agudos parecen que las llaman en las rogativas... Especialmente cuando el muday las bendice con su agua de trigos maduros. ¿Volverán a ser fuertes e invencibles cuando la encuentren?
En las rogativas rituales los mapuches acompañan los sonidos sagrados del cultrún y la pifïlca con los tonos graves de la trutruca . Esta hermana del erque norteño buscó el sur de la leyenda promisoria para vivir por sí misma, y tanto se aquerenció que no falta en el corazón de los nguillatunes.
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Envase moderno para el muday de siempre.
Claro que un buen pillantún (orquesta sagrada) se completa con otro noble instrumento como el cull cull, el cuerno que es pariente del erquencho y que antiguamente hacía sonar sus graves alarmas en caso de peligro para la tribu. Y hasta con la wada, la rítmica sonaja aborigen.
Los músicos mapuches han recibido de sus hermanos americanos la inspiración e impulso para trasplantar y adaptar formas instrumentales. Por eso también hacen música con el koolo o violín tehuelche, el ñolquín hermano menor de la trutruca, el quinquercahue o gran violín araucano hecho con costillas de yeguarizo, el piloiloi descendiente de los incas que imita en madera o piedra la mítica flauta de Pan, el trompe con su diminuto cuerpo de hierro con forma armoniosa lira, o las cascavillas de sonantes pezuñas de huemul...
Los aborígenes de los confines patagónicos guardan viva memoria de los orígenes sagrados de la música, y han representado por siglos mitos y tabúes en la relación con la ejecución de los instrumentos musicales. Por ejemplo no pueden tocarse indistintamente o en cualquier ocasión... y hasta hay claras jerarquía, por orden social, o sexo, o edad, para ejecución de algunos. De este modo la machi batirá el parche del pichicultrún... y las pifilcas estarán a cargo únicamente de acólitos masculinos.
Supongamos por un momento que ahora el pillantún está completo y muestra su variedad de sonidos y matices orquestales. Los ejecutantes están listos y ensayan... Sin embargo, aún falta el instrumento entre los instrumentos: la voz humana, el don con el que el hombre se lanza a la vida con el primer llanto sonoro... En realidad los instrumentos musicales son sólo el complemento y realce para el canto aborigen.
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Invocaciones y canto a la vida.
Los pueblos del Sur cantan sus taieles sagrados como invocaciones a sus dioses en las rogativas, o como invocaciones a su origen en las canciones del linaje. Pero también cantan a la vida en el ülcatún profano, o en los "romanceos" improvisados, o en los de memoria que preservan lo que fue: patria, historias, amor, magia, costumbres... para que no mueran con el tiempo y el olvido en los hermanos dispersos...
Clarín:
El clarín fue conocido a la llegada de los españoles y fue imitado con materiales de la zona (cañas vegetales y madera).
Cullcull:
Era la corneta con la que se daba la señal de alarma ante una emergencia y también en la guerra. Se hacía con cuernos de buey.
Pinquilhue:
El pinquilhue, de épocas remotas, era algo así como un flautín fabricado con el tallo del coligüe.
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Machi y su Cultrum.
Cultrún:
Tambor hecho de un trozo de madera ahuecado, con forma de timbal. Está forrado con un cuero de caballo bien estirado.
Se lo percute con un solo palillo cuyo mango esta adornado con hilos de colores.
Trutruca:
Este instrumento esta construido con una caña coligüe, de hasta unos cuatro metros de largo. Se la parte por la mitad para ahuecarla. Luego se juntan las dos mitades con un hilo de lana y se la forra con tripa de caballo.
En uno de sus extremos se coloca un cuerno de vaca y por el otro se sopla. Su sonido parece el bramido de un toro y representa la fuerza de la tribu.
Es uno de los dos tipos de grandes aerófonos existentes en nuestro país (el otro es el erke).
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Pifilca
Pifilca:
Es una flauta construida de madera o hueso. Es corta y suena como un pito.
Se la lleva colgada del cuello mediante un cordón.
En la actualidad se la construye con tallas de madera de unos 30 a 40 centímetros. El tubo esta cerrado en su extremo inferior y se lo perfora más o menos hasta la mitad de su largo. Emite un solo sonido y esta única nota se mezcla en el curso del canto o del conjunto instrumental sin relación rítmica ni tonal con el resto.
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Kunkulkahue
Kunkulkahue:
Tenía dos arcos (generalmente de huesos de costilla) complementado por una sola cuerda de crines de caballo. Se tocaba apoyando, con la mano izquierda, uno de los arcos —cuerpo del violín— contra los dientes incisivos superiores. La mano derecha, a su vez, pasaba la cuerda del otro arco —arco del violín— sobre la anterior, produciendo un sonido quejumbroso y doliente.
Lolquin:
De hechura similar a la trutruca pero mucho más pequeño. Se fabrica con la caña del cardo llamado "troltro".
Caquel cultrum:
Es un tambor confeccionado con el corte hueco de un tronco.
Huada:
Especie de maraca, es una calabaza que suena con pepas secas y a veces piedrecillas.
Cada Cada:
Son grandes conchas que suenan frotando sus bordes y caras rayadas.
Varios de los instrumentos citados suelen ejecutarse, todos a la vez, durante las ceremonias rituales: "nguillatunes y machitunes ".
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Trompe
Trompe:
Idiófono araucano tradicional, con plena vigencia, de forma de llave, hecha de acero con un alambre al aire. La parte exterior forma la pieza y la central es la lengüeta, que va doblada hacia arriba para poder pulsarla.
Se ejecuta apoyando la pieza contra los dientes, con la mano libre se pulsa le lengüeta exhalando el aire sobre él al tiempo que se pueden hacer variaciones del sonido moviendo la boca y la lengua.
Los mapuches lo usan cuando hacen el amor y obtienen una melodía dulce y sugerente.
Bailes mapuches
Kuimin
Es el baile de la Machi, adquiere el poder para transportarse a las regiones de los espíritus, saber las futuras revelaciones, vaticinar los cambios atmosféricos y pronosticar las vicisitudes de la vida araucana. El Kuimin en sus movimientos es semejante al purrün.
Se baila en línea recta con saltitos efectuados de atrás para adelante y de adelante para atrás, se le alterna con saltos de flancos y en el mismo lugar.
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Baile y rogativas se confunden.
Se baila entre dos canelos situados a diez pasos uno de otro. Al mismo tiempo que se dan los saltitos, mueve los brazos levantándolos para hacerlos efectuar sacudidas. Concluye el baile con el adormecimiento general del cuerpo. La machi al mismo tiempo que salta y levanta los brazos, alza su voz para entonar canciones místicas, pidiendo a sus kalku la ayuden a hacer sus mágicos artes.
Mazatum
Es la ceremonia que se realiza para celebrar el año nuevo mapuche "Witrupantu" y para celebrar la Catadura de las niñitas (Abertura de las orejas, para colocarles los aros).
Esta es una fiesta de alegría, se practica tomados de las manos y con los pasos cortitos.
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Mazatum, para abrir orejas en las niñitas.
Machipurrun
Este baile es propio de la machi; el cual consiste en dar saltitos cortos hacia los lados, hacia los lados, hacia delante y atrás, seguido de movimientos de todo el cuerpo y cabeza enfrentada por un ayudante llamado llankañ.
Este es muy alegre y rápido en el movimiento acompañado por los toques de los instrumentos.
Lañkañ
Este baile produce efectos enteramente opuestos a kuimin, pues mientras este sube aquel baja.
El baile recibe el nombre de llañkañ ( baile de recobro)
Machiyum
Lo ejecuta la machi para lo cual se viste en forma autóctona y en esto participa toda la familia del enfermo los que en sus manos llevan chuecas y las hacen sonar con el fin de sacar la enfermedad del cuerpo del enfermo. En la rogativa la Machi lleva en sus manos ramas de canelo, laurel y otras hierbas.